Ha sido la peor tragedia en Camboya desde el fin del sanguinario régimen de los Jemeres Rojos en 1979. Al menos 339 personas murieron y 329 resultaron heridas —la mayoría mujeres en una estampida ocurrida en un puente de Phnom Penh, durante el último día del Festival del Agua, según informaron el primer ministro, Hun Sen, y los medios de comunicación estatales. Mientras algunas personas morían atrapadas por la avalancha humana, ahogadas o incluso, según alguna versión, electrocutadas, miles huían aterradas.
El jefe del Ejecutivo compareció en la televisión estatal unas cuatro horas después de que se produjera la estampida, cuando ambulancias y otros vehículos continuaban transportando víctimas a los hospitales de la capital camboyana. «El número de muertos subirá», advirtió Hun Sen.
La mayoría de las víctimas —unas 240— eran mujeres jóvenes que quedaron atrapadas en un puente que une la pequeña Isla del Diamante con la ciudad, informaron fuentes de dos hospitales. La estampida se produjo cuando, a causa de la aglomeración, el intenso calor y la humedad, numerosas personas se desvanecieron y otras intentaron escapar del tumulto, explicaron testigos presenciales. Muchas de ellas, en su huida, se lanzaron al agua y murieron ahogadas. Más adelante, otra versión apuntaba que la estampida comenzó cuando varias personas resultaron electrocutadas, informa Reuters.
El primer ministro advirtió que todavía no estaban claras las causas y que la Policía había abierto una investigación dirigida por una comisión especial. Hun Sen pidió también disculpas por el desastre, mientras la televisión estatal mostraba imágenes de familiares llorando junto a cadáveres apilados. «Es la peor tragedia en más de 31 años después del régimen de Pol Pot», señaló el gobernante, en referencia a los sanguinarios tiempos de los Jemeres Rojos, cuya revolución agraria en 1975 causó la muerte de 1,7 millones de personas. Hizo además un llamamiento a la calma y descartó el terrorismo como causa de la tragedia.
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