Gente de todas las generaciones, familias enteras, roqueros peinando canas y miles de jóvenes hicieron fila desde la media tarde para ingresar al estadio y disfrutar del show que forma parte de la gira “Up and Coming 2010”.
La cancha se fue colmando mientras el roquero Andrés Ciro, ex líder de la banda argentina Los Piojos, abrió el concierto como telonero del ex integrante de los Beatles (68 años) y de la banda Wings.
Pese al precio de los boletos –de 200 pesos (US$ 50) a 6.400 pesos (US$ 1.600) para las dos primeras filas en el campo de juego y con derecho a la prueba de sonido–, las entradas se agotaron poco después de iniciada la venta en octubre pasado.
El ex beatle habló en español, flameó una bandera argentina y recurrió a los fuegos artificiales.
El músico británico comenzó el recital a las 21 locales (00:00 GMT) con un “Hola Buenos Aires” y los primeros acordes de “Venus and Mars”, de su época de Wings, el grupo que formó tras la separación de Los Beatles.
El tiempo parece no pasar para McCartney, dueño de una voz privilegiada, intacta pese a los años, y una plenitud física que le permitió bailar y saltar en diferentes pasajes del concierto.
La noche tuvo varios homenajes, especialmente a
John Lennon y George Harrison cuando cantó “A Day in the Life” y “Give Peace a Chance”, en forma enganchada, y “Something”, que provocó la emoción del público.
McCartney durante el show utilizó su clásico bajo, guitarra y piano, aunque también alternó con mandolina y ukelele en algunas de sus canciones.
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